Es el título de la conferencia pronunciada por el pastor diocesano, D. José Mazuelos y que pronunció en la parroquia de san Francisco de Asís de Arcos de la Frontera.
En un acto organizado por el Consejo Local de Hermandades y Cofradías, y donde su presidenta Mª Nieves Sánchez Tenorio agradeció al Obispo Diocesano que haya buscado un hueco en su agenda para pronunciar la conferencia en un tiempo complicado donde se está modificando la ley del Aborto y se está observando reacciones a favor del aborto, y a la que también asistió la delegada de Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Arcos, Catalina Pérez.
En su ponencia monseñor Mazuelos señaló que hemos celebrado la Solemnidad de la Encarnación donde se habla de vida, para señalar que, desde el punto de vista de la Revelación decimos que “la Encarnación es lo que distingue al cristianismo de otras religiones porque Dios se ha hecho hombre”, para decir que si Dios se hace hombre toda vida humana tiene una dignidad, donde la Fe ilumina la razón.
Señalando que “detrás de la ley del Aborto hay mucha ideología que hace cuestionar si hay vida humana o no, resaltando que la Iglesia no está en contra de la mujer, al contrario, la Iglesia no condena a nadie, la Iglesia ofrece misericordia y perdón, ninguna mujer viene condenada”.
Desde el punto de vista científico, y como licenciado en Bioética, Monseñor Mazuelos se preguntaba “¿Qué nos dice la ciencia de ese nuevo ser?”, resaltando que la ciencia se demuestra y que ningún científico niega que haya vida humana desde el primer momento de la fecundación, no hay duda, porque la ciencia no es opinable, toda afirmación científica ha de ser demostrada.
En ella, el máximo responsable de la diócesis animó a los cristianos a «ser la voz de los sin voz, y denunciar con voz firme el derecho a la vida frente a la sinrazón de una ciencia que no respeta la dignidad del ser humano».
Durante su conferencia, Mazuelos Pérez ha señalado que “la guerra del aborto la hemos ganado”, porque de parte de la vida está Dios, y toda mujer que ha abortado sabe que es lo que peor que ha podido hacer en su vida, y cuando se encuentra con Dios que hay uno que puede curar y ese encuentro la lleva a ser voz a los sin voz.
Por último, alentó a los cofrades y a todos los cristianos a acordarse de quienes gritan “crucifícalo” para que todos seamos testigos de María, para que, profundicemos en nuestra Fé y no nos quedemos callados ante esta cultura de la muerte, aunque venga en nombre de la modernidad, porque el aborto no es progreso, sino que es ruina para una sociedad, con lo que concluyó su conferencia.
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